En la actualidad se usa mucho el término “Mujer intensa” para referirse a un tipo de mujer que está todo el tiempo encima de su pareja, controlando lo que hace o no hace, y exigiendo cantidades de tiempo que a veces parecen abrumadoras.
Cabe resaltar que este fenómeno puede darse tanto en mujeres cómo en hombres, pero hoy queremos reflexionar en torno a lo que significa ser una mujer intensa.
¿Qué es una mujer intensa?
Todos, en mayor o menor medida, buscamos algo en una vida en pareja, la compañía, el complemento, la realización, la conjunción, el amor, el establecerse, el tener hijos, etc.
El ser humano tiene una tendencia a la inconformidad, es algo que se sustenta especialmente en los temperamentos. Cabe resaltar que esto es un reflejo de que sus necesidades fundamentales no han sido satisfechas adecuadamente, sobre todo en sus primeros 12 años de vida.

Es muy frecuente ver relaciones de pareja donde al menos uno de los miembros tiende a ser muy exigente con el otro, esto puede ser un movimiento inconsciente que lo conecta a estas primeras etapas de la vida en donde sintió que sus necesidades no fueron atendidas plenamente, y de ahí se deriva que quiera exigir aquello que no tuvo a su pareja.
Las 5 señales de que una mujer está demandando mucho a su pareja, o es una mujer intensa
Existen muchos indicios que delatan a una mujer intensa. Cabe resaltar, que en este artículo hablamos específicamente de la intensidad desde el sentido en la sobreexigencia a la pareja. Desde aquí, podríamos decir que los signos más comunes son:
1. Necesita tener el control
Necesitas sentir que estas a cargo, que todo sea como tú dices. Que te obedezcan y que ellos actúen y piensen tal como tú quieres. Hasta te gustaría que adivinaran tus pensamientos y ser complacida.

Este tipo de comportamiento es un indicativo de que la persona está exigiendo de más, puesto que una relación, entre otras cosas se trata de puntos de acuerdo entre las dos partes. El querer que tu pareja responda a todas tus expectativas, no solo es ilusorio, sino que además le resta libertad a tu pareja y sume la relación en una lucha de poderes, que puede terminar fragmentando el amor.
2. Hace reclamos constantes
Le es más fácil ver los defectos y debilidades de su cónyuge que lo bueno que aporta. Por lo general es mucho más lo que se hace positivamente que los errores o las cosas negativas; pero curiosamente nos concentramos más en ver más lo malo que lo bueno.
Le pides que te lleve a algún lado y le gritas porque están atorados en el tráfico. O durante ese paseo romántico comienza a llover y te enojas con él. O él pasa por tu casa de sorpresa con una deliciosa pizza pero te enojas con el por no haber traído hamburguesa.
Esta tendencia a la queja, hace que la otra persona sienta que no es suficiente o que realmente en ella hay algo malo, o que de plano, no sirve para la relación.

Del mismo modo, esto puede ser perjudicial para la relación, porque es un indicativo de que se están trocando los roles en la relación, y la mujer intensa en realidad está asumiendo un rol materno que puede impactar negativamente la dinámica de la pareja.
3. Es difícil de complacer
No valora lo que ha recibido ni el esfuerzo de su cónyuge y tiende a exigir cada vez más.
Las relaciones de pareja significan un compromiso, pero para ti es mejor ser egoísta. Si él tiene que doblegarse y adaptarse a todas tus necesidades que lo haga y pasas diciéndole advertencias. No importa lo que él haga o diga, siempre quieres algo más. No importa cuán duro el trate de complacerte, el siempre se quedará corto.
En este punto, es preciso resaltar que más allá de una terapia de pareja, es necesario que en este caso la mujer intensa, pueda recibir psicoterapia individual, con el fin de que pueda comprender sus actitudes, desentrañar la raíz de sus demandas, y apostar por una relación más saludable en la que pueda ver y validar todo lo que sí tiene.

Quién esta insatisfecho es como un barril sin fondo, esto significa que por más que su pareja haga, haga y haga, nunca verá las cosas, porque siempre tenderá a buscar más.
4. Mantiene una posición de defensa
Una mujer intensa, trata de que el otro crea que él o ella tiene el problema, y que es su tarea solucionarlo. Esto lleva a un fenómeno que conocemos como inundación emocional.
La “inundación” emocional: Cuando un miembro de la pareja es atacado verbalmente por el otro, reacciona activándose como si sufriera una amenaza física, por ejemplo, con mayores dosis de adrenalina, y todo ello genera un gran desgaste y el deseo de no relacionarse.

En el caso de una mujer intensa, este fenómeno se da a un nivel mayor, teniendo en cuenta que cuando el otro se expresa, ella siente que en realidad está en su contra, puesto que amenaza la idea de que siempre le debe dar la razón. Esto nos recuerda un poco, al síndrome del niño emperador.
5. Limita el espacio individual
Uno de los rasgos más determinantes de una mujer intensa es que quiere limitar o acaparar el espacio personal de su pareja. De este modo, no solo tiene que saber en donde está a cada momento, sino que también puede hacer cosas como: invitarse sola o aparecer de sorpresa, perseguirlo por las redes sociales, invadir sus llamadas, mensajes o interacciones en redes, limitar sus salidas individuales o poner horarios, entre otras dinámicas que resultan tóxicas para la relación.
Qué hacer si eres una mujer intensa
Trabajar esta condición puede resultar demasiado desgastante. Por eso, lo mejor es asistir a terapia psicológica o de pareja, para trabajar todos aquellos síntomas, y generar patrones que sean más saludables tanto para ambas personas como para la relación.

Es importante resaltar que con este tipo de dinámicas, no solo sufre quien es disminuido constantemente por las exigencias, sino quien se encuentra en un estado de insatisfacción constante.
Teniendo en cuenta todo esto, algunas de las cosas que se pueden implementar son:
- Identificar el síntoma: Es fundamental que la persona pueda identificar el síntoma, reconocerlo y aceptar que necesita ayuda, pues con esto no solo se hace daño a sí misma, sino que además está vulnerando a su pareja.
En este punto es importante resaltar que muchos de estos comportamientos también tienen un origen cultural, teniendo en cuenta de que tradicionalmente esto se identificaba como una muestra de amor, aunque la misma experiencia ahora demuestra, que estos son patrones nocivos que terminan por dañar las relaciones de pareja.
- Reconocer los sentimientos: Es súper importante que la persona profundice en sus propios sentimientos, con el fin de detectar qué la impulsa a comportarse de esa manera. También es necesario que su pareja hable sobre su propios sentimientos, en la búsqueda de que ella pueda comprender cómo se siente ante sus actitudes y demandas.

Con respecto esto, vale la pena decir, que puede ser un trabajo arduo, principalmente, si la mujer intensa no comprende que nadie tiene la obligación de cargar con sus frustraciones, o pierde la necesidad de tener la razón, o incluso sino trabaja la idea, de que las relaciones de pareja no son relaciones de poder, sino un compartir mutuo, de dos seres individuales que deben cooperar y no gobernar uno sobre el otro.
- Conservar los intereses: Es de vital importancia que en el marco de la relación de pareja se reconozca un yo, un tú y un nosotros. Esto ayuda a comprender que, cada uno de los miembros de la pareja tiene una vida aparte y una vida conjunta a la que llaman relación.
Desde esta línea de sentido, es necesario que cada uno cultive sus propios intereses y tenga tiempo para realizar actividades en entornos diferentes a los de la pareja. Esto además de oxigenar la relación, sirve para que cada uno estimule su libertad y pueda desarrollarse a sí mismo desde su proyecto personal.
- Practicar el desapego: Uno de los aprendizajes más importantes de una relación, no solo para una mujer intensa, sino para cualquier persona, es que nadie es dueño de nadie, y pretender apoderarse del otro es una falta de respeto.
Sucede que culturalmente nos han enseñado a que amar es apoderarse del otro, cuando en realidad, no hay nada más lejano al amor que esto. Teniendo en cuenta esto, aprender desapego, no significa no amar, sino por el contrario, saber que amar implica, permitir que el otro sea libre.
- Crear un vínculo donde se conecten: Una relación es como una plantita que debe cultivarse, por eso es necesario que ambos trabaje en la construcción de una relación en la que puedan sentirse vinculados. Compartir tiempo de calidad, permitirse expresarse en un marco de respeto y tolerancia, y aceptar las diferencias del otro como parte de su ser. Esto ayudará a que pueda mejorar la conexión.

- Aprender cuando es bueno alejarse: Todos somos seres cíclicos, tenemos nuestros altos y bajos, y por eso es necesario comprender los lenguajes de nuestra pareja, sus emociones, y nuestros propios mecanismo de gestión emocional, para entender que hay momentos en los que es mejor tomar distancia, para aclarar nuestras ideas y emociones, en lugar de descargarlas contra el otro.
- Confiar en la pareja: Finalmente, el consejo más importante es cultivar la confianza como un valor importante dentro de la relación, y esto no se logra controlando, sino precisamente permitiendo que el otro pueda expresarse y ser.
Paradójicamente la gente cree que exigiendo de más tendrá la lealtad del otro, sin embargo, como en el caso de los niños pequeños y adolescentes, mientras más severo y castigador sea el padre, más probabilidades tienen de que le mientan o hagan cosas a sus espaldas.
Esperamos que este artículo te haya permitido detectar si eres una mujer intensa, y te diera herramientas importantes para trabajar en el tema.
Si necesitas ayuda en el proceso, no dudes en contactarnos, pues por medio de la terapia psicológica puedes mejorar estos y otros rasgos.