Hemos escuchado mucho que un verdadero amor jamás hará daño, y esto es real desde el sentido en que, cuando amamos buscamos el bienestar de la otra persona. Es importante ver esto desde una perspectiva global, porque el daño a veces depende de la percepción, y por eso es necesario establecer bases sólidas sobre lo qué es el amor.
Pensando en esto, hoy queremos compartir este aparte de la entrevista a una profesional en Psicología, sobre el tema del amor, y el porqué un verdadero amor jamás hará daño.
Un verdadero amor jamás hará daño
Amor | Entrevista Buen Día
28-5-2015
A continuación te contáremos porque un verdadero amor jamás hará daño. Esperamos que estas preguntas sirvan como guía para que puedas reflexionar en torno al amor como una experiencia de gozo, crecimiento y plenitud.

Hablar de que un verdadero amor jamás hará daño, nos obliga a pensar en el dolor, el compartir, el respeto, y otros elementos que se convierten en pilares de relaciones exitosas basadas en el conocimiento y aceptación de los dos miembros de la pareja. Entonces ¿Cómo puedo identificar un buen amor?
¿Hasta dónde puedo aceptar el dolor en una relación?
Aplica tanto para la vida sentimental, de trabajo, y familiar. No se tiene que aceptar dolor en una relación.
Tanto en nuestra vida personal como profesional, hay momentos en los que la realidad dicta que tomemos las riendas del asunto y pongamos fin a algo. Ya sea porque su tiempo ya pasó, la temporada terminó, o peor aún, su continuidad terminaría siendo destructiva en algún sentido.
Es muy importante que analicemos nuestra situación para fomentar una relación saludable en la que se deje espacio a ambas partes y sobre todo, en la que exista respeto.
¿Tiene que doler? ¿O estar en una relación no debe implicar dolor?
No tiene que doler. Estar en una relación tiene que implicar, compromiso y compresión pero nunca puede ser perjudicial para alguna de las partes.

Una relación debe impulsarnos a ser mejores, debe motivarnos y generarnos sentimientos de tranquilidad y entusiasmo. Si por el contrario, estamos frente a situaciones que atenten contra nuestra integridad en la que lo que se presenta principalmente la dependencia, el temor, el miedo o la sumisión es necesario marcar un límite.
Muchas personas se mantienen en una relación porque afirman que duele más separarse que seguir ¿Por qué pasa esto?
En general, nos cuesta trabajo poder soltar aquello que ya no tenemos. Influye el miedo, mucho miedo a pensar en que será lo que sigue a lo que teníamos. Perder la seguridad y rutina de lo que hubo, y encarar la incertidumbre de aquello que vendrá. Parte del proceso de madurez pasa por aceptar que todo es finito, transitorio, hasta mi paso por este lugar lo es.
El sufrimiento aparece si uno se ancla en los recuerdos como intento de evitar el dolor de la pérdida, del vacío que deja. Además, el sufrimiento produce como resultado que todo se congela en aquellos momentos pasados y no se sigue avanzando.
El duelo no es olvidar, es darle un buen lugar a esa relación en nuestro interior. Pensar en ello y no sentir un latigazo de dolor. Y si es posible, recordarlo con ternura y sentir que ese tiempo fue un regalo. El duelo es aprender a vivir sin algo, vivir de otra forma. Para esto, es necesario reinterpretar la pérdida, lo que se piense va a afectar a lo que se sienta. Hay que otorgarle un significado positivo para continuar. Ese es momento para conectar con el deseo de seguir adelante.

Aceptar en definitiva que durante un tiempo se va a pasar mal, y que en un tiempo, también volverá la calma. Las experiencias vividas siempre son un aprendizaje que sirven para conocerse más, y mejorar en las relaciones futuras.
La separación y la pérdida implica que poner fin a una relación activa resulta demasiado, por lo que lo evitan. Puede ser que hayan tenido pérdidas traumáticas en la vida, el término de otra relación representa una repetición de aquel momento, O tienen la idea de que terminar algo es “malvado” y por tanto le causaría daño a alguien. Los temores dominan su funcionamiento, provocando que se sienten incapaces de poner fin a algo, aunque sea necesario.
Por ejemplo haber invertido tiempo, dinero y esfuerzo, no significa que merezca la pena seguir en la lucha por algo que no está funcionando, ni significa que seguir perseverando los resultados van a cambiar; como tampoco abandonar necesariamente significa fracasar, por el contrario abandonar podría verse como una manera infalible para no fracasar.
Es en la posición que yo me ubique como persona y que significado tiene para mi, terminar una relación. Quedarnos y aguantar una situación que no nos satisface, puede hacernos sentirnos infelices, frustrados y amargados.
Pero debemos saber aceptar cuando la lucha es infructuosa, reconocer cuando estamos nadando contra la corriente y poner un limite.

También debemos reconocer nuestras capacidades y posibilidades para hacer a que algo funcione, no implica tratar de hacer cambiar a una persona para que una relación funcione. Cada cual tiene su propia personalidad y tratar de cambiar a alguien, sería tanto como una lucha infructuosa que no nos llevaría a ningún lado.
¿Cuál es la relación que debe haber entre el amor y el dolor?
Existen diferentes situaciones, como lo es una perdida, ruptura, un traslado. Estas son situaciones donde tengo que darle al dolor con amor y continuar nuestra vida.
¿Esto aplica para cualquier tipo de relación? ¿Qué pasa si me duele mantener la relación con algún miembro de mi familia?
Así es. Podemos vernos en diferentes relaciones, sea de pareja, familiares, de amigos o de compañeros de trabajo, en la que se genera incomodidad y dolor.

Mantener una relación familiar insana donde ya no existe el acto de dar sin esperar nada o se da sacrificándose, es un aprendizaje tan perjudicial que marcará cualquier relación auténtica que queramos mantener en nuestra vida. Aprenderemos a construir relaciones ficticias y este es el peor punto de partida. Por ello debemos asumir la responsabilidad de sanar esta relación que nos daña, y si no fuera posible, tomar la decisión de finalizarla.
La comunicación es el principio de todo. Negociar hace la diferencia: hacer pequeños acuerdos sobre lo que uno y otro están dispuestos a ceder honestamente, es el principio para construir relaciones sanas en las que se tengan en cuentas las necesidades del otro.
Es por esto que no se trata de huir de todo lo que nos genera incomodidad, pues nunca crearíamos lazos verdaderos. Es por esto que antes de finalizar cualquier relación, será necesario agotar todas las posibilidades. Se trata de descubrir si en realidad sí somos compatibles, o si por el contrario mantenerse unidos es nocivo para ambos.